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Abelé 1757 es la quinta casa de champán más antigua del mundo, fundada en 1757 por Théodore Vanderveken. A lo largo de su historia, la casa de champán ha sido conocida por su compromiso con la calidad, produciendo vinos tan claros como el cristal. A mediados del siglo XIX, Henri Abelé se hizo cargo de la empresa y la estableció como una de las principales casas de champán del mundo. Sus hijos se hicieron cargo del negocio durante la Segunda Guerra Mundial, pero finalmente se vieron obligados a abandonar la propiedad familiar.
Hoy, el champán Abelé reafirma su lugar en el champán para producir vinos de alta calidad apreciados por los amantes del champán en todo el mundo. Abelé 1757: Una historia atemporal del champán
Desde su génesis en el siglo XVIII por Théodore VanderVeken, tatarabuelo de Henri Abelé, la Maison Abelé 1757 encarna la quintaesencia del arte del champán. Siguiendo una tradición centenaria del champán, esta Maison es una joya de la historia, doscientos cincuenta años de excelencia, innovación y pasión. Cada botella de Abelé 1757 cuenta una historia, tejiendo un privilegio atemporal entre pasado, presente y futuro.
La visión de esta Maison no tiene evolución, abrazando la modernidad sin negar su herencia. Pionera en la adopción del progreso técnico, encarna la modernidad de la esencia del champán, revolucionando el proceso creativo sin alterar su esencia. Un compromiso constante con la excelencia y la calidad guía los pasos, cada mezcla, cada añada, hacen de Abelé 1757 una referencia indiscutible en el mundo de los champanes excepcionales. Sinfonía aromática: un homenaje a la naturaleza del champán
Cada botella de champán Abelé 1757 es una obra de arte sensorial, una sinfonía olfativa y gustativa única que rinde homenaje a terroirs prestigiosos. Desde los Grands Crus de la Côte des Blancs hasta las viñas de la Montagne de Reims, pasando por el Valle de la Marne, cada añada encarna una exquisita armonía de aromas frutales y florales. Cítricos, jazmín, peras, especias, tilo, peonías, fresas Riceys... Cada burbuja es una experiencia sensorial.
Cada mezcla, fruto de un matrimonio meticuloso entre la cosecha del año y los vinos de reserva, está diseñada para sublimar el paladar de los conocedores más exigentes. Es una celebración del significado, una invitación a explorar los matices sutiles y los placeres complejos que solo un champán de esta calidad puede ofrecer. Un saber hacer excepcional: entre tradición e innovación
Testigo del paso del tiempo, Abelé 1757 extrae su fuerza de un saber hacer artesanal ancestral.
La Maison es mucho más que un productor de champán; es un guardián vigilante del patrimonio de la Champaña, un artista minucioso que trabaja con delicadeza y precisión. A través de un minucioso proceso de vinificación y ensamblaje, la creación de Abelé 1757 lleva la impronta de la tradición y la innovación, encarnando la quintaesencia del estilo del champán.
Ubicadas a más de 20 metros bajo tierra, estas bodegas ofrecen un santuario perfecto para el envejecimiento y la maduración de añadas excepcionales. En este entorno, la oscuridad y la temperatura constante modelan los mejores vinos, con una elegancia, una delicadeza y una plenitud únicas. Es en estas profundidades donde nace la magia, donde el champán se transforma en un tesoro de sabores y sensaciones. Coleccionista de terruños: una paleta aromática única
La producción de un champán Abelé 1757 es un arte de coleccionar los terruños más prestigiosos. Guiada por la visión de sus fundadores, la Casa selecciona meticulosamente parcelas con un potencial aromático excepcional. Desde la Côte des Blancs hasta la Montagne de Reims, pasando por los Coteaux des Riceys, Abelé 1757 cuenta con una paleta incomparable de vinos de riqueza y diversidad procedentes de los terruños de Champagne.
Esta libertad de crear e innovar con audacia, respetando al mismo tiempo los valores ancestrales, refleja el alma de Abelé 1757. Los viticultores, guardianes de la tierra, practican una viticultura de la naturaleza, estos jardines de excelencia.
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