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A primera vista, el champán Lallier se puede comparar con muchas otras marcas: una pasión intensa en el proceso de elaboración combinada con una historia que se abre paso a través de cada aspecto de la evolución del champán. Pero donde la casa de Lallier se diferencia es en su exquisita edad. De hecho, la historia de Lallier es más grande que la de la mayoría de las casas y, sin duda, una de las historias de champán más antiguas que existen. Una notable atención al detalle también caracteriza a este champán, lo que lo convierte en un espumoso sobresaliente que simplemente debe probarse al menos una vez.
Champán Lallier: un homenaje al terroir de Aÿ
Desde su génesis en 1906, la Maison de Champagne Lallier ha sido la ferviente defensora de una filosofía del champán profundamente arraigada en el respeto por la naturaleza. Fundada por René Lallier, un ecologista apasionado por el terroir de Aÿ, la casa ha trazado su trayectoria con una búsqueda incesante de la mejor calidad, desde la selección de las uvas hasta la producción del vino. Champán. Esta primera generación sentó las bases de un enfoque respetuoso con la naturaleza, estableciendo una tradición de excelencia.
Una evolución innovadora de la viticultura de Champagne
En 1938, Jean Lallier, hijo de René, tomó las riendas de la casa de champán Lallier. Después de una enriquecedora experiencia en Deutz & Gelderman en Alemania, introdujo métodos innovadores de cultivo y producción. Este período fue el catalizador para la creación de cosechas de champán icónicas, fusionando la elegancia tradicional de Lallier con una originalidad audaz, redefiniendo los estándares de Champagne.
Una era de modernización y audacia
La llegada de James Lallier en 1973 marcó una era de modernización, con la renovación de las bodegas, la adquisición de nuevos viñedos de champán y la compra de la propiedad en el corazón de Aÿ. Fue bajo su dirección que se creó la audaz mezcla de champán Blanc de Blancs, que aportó una nueva dimensión a la paleta de champanes Lallier.
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