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Descubra el champán Bollinger
Sinceramente, no vale la pena investigar lo que los pilares de la industria Bollinger no saben sobre el champán. Con una rica historia que se remonta a 1585, los inicios de Bollinger Champagne están fuertemente vinculados a la familia Hennequin, que desde hacía mucho tiempo era propietaria de las tierras que esta casa consideraría su hogar.
Jaques Joseph Placide Bollinger se mudó a la región de Champagne poco antes de cumplir veinte años y adquirió una valiosa experiencia trabajando en una casa de champán local. Nacido en 1803, este empresario estaba lleno de pasión por nuestra amada bebida y pronto formó su propia empresa. Con Hennequin de Villemont y Paul Levieux Renaudin a su lado, los tres comenzaron a trabajar juntos, y este fue el comienzo de algo muy especial.
Champagne Bollinger: excelencia y elegancia
Desde su fundación en 1829, la Maison Bollinger ha encarnado la excelencia y la elegancia en la creación de champanes de una calidad poco común. En el corazón de su identidad se encuentra un estilo único, moldeado por una afinidad particular por el Pinot Noir, un saber hacer incomparable y un viñedo excepcional. Los vinos de Bollinger son el fruto de una tradición transmitida meticulosamente de generación en generación, expresando con potencia y refinamiento los aromas más sutiles de la fruta.
Una herencia familiar y un intercambio de emociones fuertes
Fundada por la familia Bollinger, esta famosa casa perpetúa una herencia vitivinícola basada en fuertes emociones compartidas entre entusiastas del vino. El legado y el espíritu visionario de Madame Bollinger continúan infundiendo una vitalidad legendaria a esta prestigiosa marca, encarnando la excelencia y la pasión en cada botella.
Los cimientos del estilo Bollinger
Pinot Noir: la esencia de la identidad Bollinger
En el corazón de la identidad gustativa de Bollinger, el Pinot Noir demuestra ser el pilar indiscutible. Representando más del 60% del viñedo de la casa, esta exigente variedad de uva aporta una finura incomparable a los vinos. Su presencia predominante en los ensamblajes confiere a los champagnes Bollinger una potencia, un cuerpo y una vinosidad únicos, revelando toda la finura de su bouquet.
El arte del tiempo: la paciencia recompensada
En Bollinger, el tiempo es un aliado precioso. Los vinos se benefician de un período de crianza sobre lías dos o tres veces más largo que los estándares de la denominación de origen Champagne. Esta atención meticulosa permite que los aromas se desarrollen delicadamente, dando a las burbujas una textura aterciopelada y una complejidad excepcional. La paciencia es un lujo que la Casa se concede, privilegiando siempre la calidad sobre la cantidad.
El viñedo excepcional de Bollinger
Un terroir excepcional, un saber hacer auténtico
Bollinger cultiva sus viñas con pasión en 179 hectáreas, compuestas principalmente por Grands y Premiers Crus, repartidas en siete viñedos distintos. El cultivo de sus propias uvas le otorga a la Casa un control total del proceso de producción, desde la viña hasta la botella. Dos parcelas, Clos Saint-Jacques y Chaudes Terres en Aÿ, albergan viñas independientes conservadas con métodos ancestrales, lo que da lugar a cosechas únicas como Vieilles Vignes Françaises.
Compromiso con la calidad y la tradición
Bollinger continúa con un legado de calidad y compromiso con la tradición, en particular a través de la vinificación y la rigurosa selección de uvas. Este enfoque artesanal otorga a los champagnes Bollinger autenticidad y consistencia en la calidad, convirtiendo cada botella en un verdadero símbolo de excelencia.
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