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Las raíces familiares del enólogo de champán Michel Arnould se remontan al terroir Grand Cru de Verzenay, donde los antepasados de los Lefevre trabajaron las viñas a finales del siglo pasado. Tras la caída de los precios de la uva en 1929, Henri Lefevre, tomando las riendas del viñedo, decidió crear su propio champán. Así nacieron las primeras botellas de champán a principios de los años 30, lo que marcó el inicio de una apasionante aventura vinícola.
André, el hijo de Henri, invirtió en una sala de cubas y una prensa de 2000 kg, aumentando la producción de este vino espumoso. Al final de la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en enólogo y comerciante de champán, viajando por toda Francia para promocionar los vinos de la familia. En los años 60, la unión de su nieta Françoise con Michel Arnould dio origen al champán Michel Arnould, que marcó una nueva era. Las inversiones en una casa, una hectárea de viñedos Grand Cru y la ampliación de las instalaciones refuerzan la capacidad de producción.
Michel Arnould, visionario, abrió las puertas del mercado internacional en 1972 con un negocio floreciente en Inglaterra. Hoy, Patrick, Thierry y la nueva generación representada por Thomas, perpetúan esta tradición de viticultor familiar de champán, creando cosechas auténticas y desarrollando el negocio heredado de sus mayores.
El viñedo familiar, que se extiende sobre aproximadamente 12 hectáreas, está arraigado en las laderas del terroir Grand Cru de Verzenay. La distribución de las variedades de uva está cuidadosamente equilibrada, con un 80% de Pinot Noir y un 20% de Chardonnay, cultivadas con una pasión que se transmite de generación en generación. Las viñas de champán, de una media de 35 años, revelan una historia que se remonta a 1950, año en que se plantó la viña más antigua. La especificidad del cultivo de las viñas de Champagne se evidencia en la poda del cordón de Royat para las Pinot Noir y la poda de Chablis para las Chardonnay. Un enfoque respetuoso con el medio ambiente guía cada etapa del proceso de cultivo. Certificado de Alto Valor Ambiental y Viticultura Sostenible de Champagne, el viñedo encarna un compromiso con las prácticas agrícolas sostenibles.
Para Patrick Arnould y Thierry Gibelin, el manejo de las viñas es una expresión de la riqueza del Pinot Noir asociado al terroir Grand Cru de Verzenay. Más de veinte años de experimentación han dado forma a los métodos de trabajo del suelo, desde el regreso de la fauna terrestre gracias al arado hasta el cese de los herbicidas y el desarrollo de la confusión sexual.
La certificación HVE y Viticultura Sostenible en Champagne, obtenida en 2016, subraya el compromiso de la finca con la protección del medio ambiente. Más de 125 compromisos, que abarcan la huella de carbono, la gestión de residuos y la protección de la salud, se respetan para garantizar una cultura del respeto.
Hoy, la bodega de champán Michel Arnould da un paso más hacia el cultivo orgánico, confirmando su compromiso con las prácticas agrícolas sostenibles.
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